Transición energética, una nueva oportunidad para México
La energía es el ingrediente principal para el funcionamiento, desarrollo, crecimiento y bienestar de las sociedades industrializadas. A medida que éstas progresan, su gasto de recursos energéticos y materiales aumenta. Justamente, este aumento sin precedentes en el consumo de recursos energéticos es el principal causante del cambio climático.
Para contrarrestar este daño que hacemos a nuestro planeta; sociedad, empresas y gobiernos se han fijado un conjunto de cambios en los modelos de producción, distribución y consumo de la energía para reducir al máximo las emisiones de gases de efecto invernadero. A este conjunto de acciones se les ha llamado “transición energética”, un movimiento que implica por una parte ser conscientes sobre el consumo responsable y sostenible de la energía, y por el otro, establecer una serie de medidas de eficiencia energética a través de la electrificación y digitalización de todos los procesos y sectores de la economía.
Hoy más que nunca la electricidad es fundamental para sostener un mundo cada vez más digital, y la clave para lograr la descarbonización de acuerdo a expertos es promover políticas públicas para acelerar cambios hacia modelos de producción de energía más sostenibles, los factores claves para lograrlo son los siguientes:
- Mejorar la eficiencia energética. Esto implica la modernización o actualización de equipos, maquinaria, procesos industriales y vehículos para la reducción de su huella de carbono.
- Promover el uso de nuevos combustibles más sostenibles, como los combustibles sintéticos o los biocombustibles.
- Impulsar la generación eléctrica de bajo carbono y fomentar la electrificación de los principales sectores de la economía.
Sobre el primer punto, México ha avanzado en la última década, acciones tan pequeñas como cambiar los focos incandescentes por nuevos focos led ahorradores, la sustitución de refrigeradores y mejor eficiencia de combustible en los automóviles nuevos, no solo ayudan a reducir el monto de las facturas que pagamos; también ayuda muchísimo a nuestro medioambiente.
Sin embargo, en México aún existen pendientes que debemos atender, como la disminución efectiva del consumo de combustibles fósiles en hornos industriales, tractocamiones, aeronaves y barcos. Así como medidas para la reducción de las emisiones industriales, como la modernización de maquinaria, cambios en procesos de fabricación, empaque y maquila, (economía circular) y para que la industria tecnológica reduzca su consumo energético. Sobre estos dos últimos temas he presentado propuestas muy puntuales en el Senado de la República.
Sobre el segundo y tercer punto, en este mismo espacio expliqué la grandiosa oportunidad que tiene México para producir hidrógeno verde. Una oportunidad que estamos desperdiciando, tenemos un enorme potencial dada nuestra ubicación geográfica, que permite contar con sol prácticamente todo el año y corrientes de vientos sostenibles. Un escenario envidiable por muchos países, que por ejemplo, al no tener estas condiciones han tenido que recurrir nuevamente al uso de energía nuclear, para no depender de los energéticos provenientes de Rusia.
Tan solo esta semana se dio a conocer que Alemania y Canadá llegaron a un acuerdo sobre el hidrógeno verde. Olaf Scholz, canciller federal alemán firmó un acuerdo que prevé que los primeros envíos de este combustible se entreguen en 2025. Ser grandes productores de hidrógeno verde está en la agenda de diversos países, como Chile que lo considera como una oportunidad estratégica para la cual ya tiene incluso una Estrategia Nacional. Recordemos que la molécula de hidrógeno tiene alta densidad energética por unidad de masa; 3 veces más que la gasolina y 120 veces más que las baterías de litio.
En México, de acuerdo con el informe Prospectiva de Energías Renovables 2016-2030, de la Secretaría de Energía, en 2015 la capacidad instalada de generación mediante energías renovables se incrementó 6.6% respecto al periodo 2014, llegando a los 17 mil 140.4 MW, lo cual representó el 25.2% de la capacidad de generación total. Mientras que la energía hidroeléctrica y la eólica representaron el 80% de la capacidad instalada en energías limpias.
Por su parte Greenpeace, ha sostenido que las fuentes renovables son energía accesible, limpia y suficiente que puede mejorar sustancialmente la calidad de vida de la población y frenar el cambio climático; y que son una alternativa totalmente a nuestro alcance, ya que México cuenta con abundantes recursos solares y eólicos, suficientes para generar 100% de la energía consumida anualmente en el país, e incluso podría existir un excedente que podría ser exportado.
La electrificación de la movilidad es una realidad a nivel mundial y las fuentes de energías renovables son sin duda una alternativa a las fuentes de generación eléctrica que utilizan combustibles fósiles. Situación que nos ayudará a contribuir con las metas del Acuerdo de París que México se comprometió a cumplir junto a 195 países con la finalidad de combatir el Cambio Climático. Construyamos soluciones sostenibles para garantizar el futuro energético de nuestro país, aún estamos a tiempo.