La consulta militar
La iniciativa y la próxima consulta, deben ser leídos por un lado como una estrategia electoral, y por el otro, como parte de la cruzada presidencial por militarizar a su gobierno
El Presidente López Obrador ha decidido, una vez más, pasar por encima de la ley.
Y una vez más lo ha hecho, vulnerando a la Constitución y al INE que es el encargado de hacer las consultas populares, como una estrategia para establecer la agenda pública.
Porque al presidente, visto el manejo de los tiempos, ya no le interesa tanto la reforma parlamentaria como ganar el debate entre los ciudadanos. De ahí que anunciara su consulta irregular para el mes de enero, lo que parece indicar que no será ya en este año cuando el Senado decida sobre la permanencia de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad hasta el 2028.
¿Por qué el cambio de señal? Una lectura posible es que el presidente no cuente con los votos para su aprobación, y que ante la posibilidad de una derrota, haya optado por ganar mejor en medios y no en los votos.
Pero otra, quizá más fina, es la que apunta que en realidad el objetivo de esa propuesta nunca fue alargar un mandato - que de todos modos cubre ya el resto de su sexenio - sino usar esa bandera para fracturar a la oposición, tema en el que sí habría resultado exitoso.
De ser así, la iniciativa y la próxima consulta, deben ser leídos por un lado como una estrategia electoral, y por el otro, como parte de la cruzada presidencial por militarizar a su gobierno y a buena parte del país.
López Obrador, contra lo que ofreció en campaña, es el militarista número uno, el que ha declinado de las tareas de un gobierno civil - como la construcción de aeropuertos, trenes, presas, destinos turísticos, administración de puertos y aduanas, etc - para entregar sus funciones a las Fuerzas Armadas.
El que ha asumido que no puede tener un gobierno honesto y prefiere entregar los presupuestos a los que considera actores inmaculados. El que ha decidido convertir a la Secretaría de la Defensa Nacional en la segunda secretaría que más recursos recibe en el país, solo después de la Secretaría de Educación Pública.
El legado lopezobradorista es y será el militarismo y la consulta de enero, con toda la cuota de propaganda que la habrá de acompañar, será una pieza más en su proceso de claudicación del gobierno civil.