Finalistas del Frente

El periodista Sergio Sarmiento habla sobre la selección de los tres finalistas del Frente Amplio, en donde la más favorecida fue Xóchitl Gálvez.

Los finalistas del Frente Amplio
Foto: Cuartoscuro

El presidente López Obrador apostó a adelantar el proceso de selección del candidato presidencial de su movimiento, con la idea de que una oposición fragmentada no alcanzaría a reaccionar a tiempo. Pero las cosas han sido diferentes. Ayer el Frente Amplio por México escogió ya a sus tres finalistas con base a unos estudios de opinión cuyos detalles no se conocieron. 

Xóchitl Gálvez quedó en primer lugar, como se esperaba, con un apoyo de 38.3 por ciento. La siguen Beatriz Paredes, una sorpresa, con 26 por ciento y Santiago Creel con 20.1 por ciento. 

Mientras esto ocurre, los seis aspirantes de la Cuarta Transformación mantienen unas giras que se han vuelto casi irrelevantes. A pesar de que Morena sigue siendo el partido más favorecido en las encuestas, esto se debe a la popularidad del presidente López Obrador y a los programas sociales que han generado un sentimiento de lealtad al régimen entre millones de mexicanos. Los candidatos, sin embargo, no parecen levantar. 

El Frente Amplio por México no ha dejado de tener problemas en el camino. Al contrario del método establecido por el presidente López Obrador para los aspirantes de su movimiento, que era relativamente sencillo, con una campaña sin críticas ni debates y una encuesta al final, el del Frente era muy complicado, con la tarea para los aspirantes de reunir 150 mil firmas, para pasar a una encuesta y concluir con una votación, pero solo con participación de quienes se hubiesen registrado para ofrecer sus firmas. Para colmo, el sistema electrónico para reunir las firmas no funcionó en un principio. 

Mientras que en el proceso de la 4T las corcholatas firmaron un acuerdo para no cuestionar el proceso, aunque no los favoreciera, en el proceso del Frente han quedado muchos insatisfechos. Entre ellos se puede incluir a quienes renunciaron a participar en la recolección de firmas, como Lilly Téllez, y a quienes apuntaron que los organizadores no respetaron las firmas que habían recabado, como Miguel Ángel Mancera. 

Los candidatos del gobierno llegan sin estas divisiones a la recta final, pero la ventaja que el presidente pensó obtener al adelantar el proceso se ha desvanecido. El candidato de la oposición será electo unos días antes que el de Morena y sus aliados. Y en ese momento empezará la verdadera campaña presidencial, aun cuando la Constitución y la legislación electoral dicen que las precampañas no pueden comenzar antes de la tercera semana de noviembre.