¿Qué sí es y qué no es Parlamento Abierto?

Se trata de un concepto relacionado con la transparencia, el acceso a la información, la rendición de cuentas y la participación ciudadana en el proceso de creación de leyes

A lo largo de esta semana, han sido varios los políticos y legisladores que han hablado del parlamento abierto para abrir la discusión en torno a la reforma propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador para fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). 

Por ejemplo, el líder de la bancada morenista en el Senado de la República, Ricardo Monreal, sugirió que se realice un Parlamento Abierto en la Cámara de Diputados para discutir dicha reforma.

Por su parte, el PRI anunció que impulsará foros temáticos, dentro de un parlamento abierto, para que especialistas, reguladores, el gobierno federal, la academia, las cámaras empresariales y los grandes y pequeños usuarios del sistema eléctrico nacional expresen su opinión.

En tanto que Movimiento Ciudadano convocó a un encuentro de Parlamento Abierto en la Cámara de Diputados con activistas y expertos en materia energética para hablar sobre la reforma enviada por el ejecutivo federal.

Pero, ¿qué es el parlamento abierto? Se trata de un concepto relacionado con la transparencia, el acceso a la información, la rendición de cuentas y la participación ciudadana en el proceso de creación de leyes.

De acuerdo con una definición que el Instituto de Investigaciones Parlamentarias del Congreso del Estado de Sinaloa presenta en un estudio, el término parlamento abierto “se utiliza para referirse a las acciones desde el legislativo, orientadas a habilitar espacios para escuchar a la ciudadanía, respecto a las decisiones que deben ser tomadas en el congreso”.

En un sentido más amplio, la Red de Parlamento Abierto, un grupo de trabajo permanente del foro Parlamericas, constituido por las legislaturas nacionales de los estados miembro de la Organización de Estados Americanos (OEA), define al Parlamento Abierto como “una nueva forma de interacción entre la ciudadanía y sus representantes; en donde la sociedad no solo se informa sobre las decisiones que se toman en el ámbito legislativo, sino también se involucra activamente a lo largo de todo el proceso legislativo hasta culminar con la emisión de las leyes y su consecuente aplicación”.

El parlamento abierto implica, según apunta el estudio del congreso sinaloense:

-Transparentar la información y la rendición de cuentas

-Crear mecanismos para una efectiva participación ciudadana 

-Usar tecnologías que abonen el camino para la construcción de esta relación social e institucional, que den como resultado parlamentos receptivos, innovadores y efectivos que trabajen a favor de la gente

¿Qué es y qué no es?

La organización Fundar refiere que un parlamento abierto “es una institución legislativa que explica y justifica sus acciones y decisiones -es decir que rinde cuentas-, que garantiza el acceso a la información pública de manera proactiva -es decir que es transparente-, que involucra en sus procesos la pluralidad de grupos políticos y sociales -es decir que cuenta con mecanismos de participación ciudadana- y que, para todo ello, utiliza estratégicamente las tecnologías de información y comunicación”.

En un artículo para Animal Político, Khemvirg Puente destaca que un parlamento abierto pone a los ciudadanos en el centro de las decisiones. 

“En pocas palabras, en un parlamento abierto las puertas se abren desde fuera y no es un espacio exclusivo para aquellos privilegiados que han sido invitados por la generosidad de algún legislador u órgano parlamentario. En un parlamento abierto, los ciudadanos son tratados como tales y no como clientelas”.

En ese sentido, si bien la organización de foros para dar a conocer los detalles y los alcances de una iniciativa de ley es una buena práctica parlamentaria, para que sea considerada una práctica de parlamento abierto, estos foros tendrían que estar abiertos a todos los ciudadanos, no solo a un sector limitado.

No obstante que los especialistas, académicos y otros personajes de la esfera política también forman parte de la ciudadanía, y su aportación a la discusión de las reformas es clave en términos de una contribución plural a la construcción y la modificación de las leyes, si la discusión no está abierta a todos los ciudadanos, estos ejercicios no pueden considerarse como Parlamento Abierto.