La reforma electoral que viene

En la vida pública de México hay pocas cosas que funcionan bien, y una de ellas, es el Instituto Nacional Electoral. Atacado y maltratado desde el inicio por el actual gobierno, el INE ha demostrado su fortaleza, al menos, durante dos décadas. Prueba de ello es que desde el 2000 hasta acá, los mexicanos hemos sacado tres veces de la presidencia de la República al partido que estaba en el poder. Y lo mismo podríamos contar de las historias de alternancia por todo el país, por no hablar de la reciente consulta ciudadana, que a pesar de no contar con recursos extra, el INE sacó adelante.

De ahí que preocupe el empeño del actual grupo en el poder por sacar pronto una reforma que no tiene una justificación clara. Que el INE podría ser menos costoso u operar con menos carga de tareas, tal vez. Que como toda institución es mejorable, sin duda.

Pero cuando los cambios se hacen no para arreglar problemas sino para capturar a las instituciones entonces el costo de hacer una reforma puede ser mayor que dejar las cosas tal y como están ahora.

El gobierno ya colocó tres integrantes en el Consejo General del Instituto, y en lo que resta del sexenio seguirá nombrando cuadros para su renovación. Así está contemplado en la ley y eso ha permitido dotar a una institución con tantas presiones de una relativa estabilidad. Pues aun con todas las críticas al actual modelo de nombramientos de consejeros, los relevos han mostrado que han honrado más sus trayectorias profesionales, que los compromisos con quienes los llevaron a esa posición.

De ahí que sea pertinente mantener lo que hoy se tiene. Porque si lo que se busca es “sacar a todos”, tanto de INE como del Tribunal Electoral (que tiene por cierto una historia distinta), sólo para empujar una visión a modo de actual gobierno, entonces ese cambio no debería avanzar.

Esta vez la clave no será lo que piensa el gobierno sino lo que hará la oposición. Al ser una reforma constitucional la llave de los cambios estará en los legisladores del PRI y de PAN. Hasta hace poco habían dicho que al INE no lo iban a tocar. Ahora ya algunos hablan de cambios… para fortalecerlo.

Habrá que estar atentos pues en el camino, así sean envueltas en buenas intenciones, la reformas eventualmente aprobadas pueden acabar con una de las instituciones clave del México democrático que tanto trabajo ha costado construir.

@MarioCampos