La innovación es para tod@s

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La importancia de la innovación básicamente se centra en crear un cambio positivo en el estado de cosas existentes y alterar el orden establecido para generar nuevas soluciones.

Sin embargo, en muchas ocasiones la innovación se encuentra con una limitante que diversos expertos han definido como “sesgo capacitista”, es decir, creamos soluciones pensando que todas las personas poseen las mismas capacidades que nosotros.

Para impulsar un mundo accesible y equitativo es necesario una visión que integre, desde su diseño, a la más amplia gama de personas. Las grandes ideas y soluciones que requiere el mundo, deben contar con características que enriquezcan la pluralidad de perspectivas y tomen en cuenta la diversidad cultural, sexual, de género o de edad pero también las distintas capacidades del ser humano.

Es imposible concebir nuestro día a día sin acceder a internet. Hoy casi cualquier actividad está de alguna forma afectada por las actuales tecnologías, y lo estarán aún más con las nuevas pero, ¿Podemos participar tod@s?

Muchas tecnologías son excluyentes. Personas mayores, personas sin acceso al mundo digital o con escasas habilidades digitales, y por supuesto, los millones de personas con discapacidad son los principales excluidos.

En la última década, nos hemos ido adentrando en el universo del internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés), si bien esta tecnología tiene como uno de sus objetivos hacernos la vida más fácil, esto solamente se logrará si desde su diseño y creación se tiene en cuenta a todas las personas.

De IoT vamos a pasar al metaverso, donde a través de dispositivos de realidad extendida, como gafas y guantes conectados, podremos interactuar con los distintos elementos de un mundo virtual.

De acuerdo al MIT Technology Review, la sociedad comienza a ser consciente de que los algoritmos de inteligencia artificial (IA) tienen sesgos, como los de reconocimiento facial que no reconocen a las mujeres de raza negra o herramientas automáticas de selección de personal que pasan por alto a las mujeres candidatas.

Y aunque cada vez hay más proyectos que intentan abordar los sesgos más graves, los profesionales de la IA parecen haber pasado por alto a otro colectivo a la hora de desarrollar sus algoritmos: las personas con discapacidad.

“Los algoritmos de los coches autónomos están entrenados para saber qué aspecto tienen los peatones para no ser atropellados. Pero si el conjunto de datos de entrenamiento no incluye a personas en sillas de ruedas, la tecnología podría convertirse en un peligro mortal para ellas”

La innovación forzosamente debe tener en mente la accesibilidad si no queremos que un gran número de personas queden excluidas en la nueva sociedad de la información.

El pasado 3 de diciembre conmemoramos el Día Internacional de las Personas con Discapacidad y para 2022 el lema fue "Soluciones transformadoras para un desarrollo inclusivo: el papel de la innovación para impulsar un mundo accesible y equitativo".

La inclusión de la discapacidad es un requisito esencial para el respeto a los derechos humanos, el desarrollo sostenible, la paz y la seguridad. Respetar los derechos de las personas con discapacidad no es solo una cuestión de justicia, sino una condición para un mejor futuro común.

Es momento de construir un país para todas las personas, eliminar las ideas, políticas, leyes y prácticas cotidianas que perpetúan una visión “capacitista” del mundo, que imponen obstáculos y ejercen violencias sobre más de 20 millones de personas que viven con alguna discapacidad en México.

Necesitamos más datos e información, dado que las mediciones del INEGI hablan que existen entre 6 y 20 millones de personas que viven con alguna discapacidad, por lo que resulta urgente conocer dónde viven, cómo viven, cuáles son sus necesidades, cómo mejorar su movilidad, qué opciones de educación, entretenimiento y bienestar requieren. Pasemos de un enfoque asistencialista a uno de inclusión efectiva.

Para impulsarlo, es necesaria una regulación que exija que la tecnología sea accesible para todos y un cambio de perspectiva en las organizaciones y empresas tecnológicas, que transforme sus políticas, asumiendo la accesibilidad además de como un derecho, como una ventaja mercantil para alcanzar a un mayor número de personas. La Ley Europea de Accesibilidad vigente desde 2021, puede ser una guía para lograrlo.

La innovación puede ser nuestra gran aliada en la construcción de un mundo justo e incluyente, para ello debemos minimizar la brecha digital, impulsar medidas de accesibilidad y concebir soluciones pensando en todos y en primer lugar en los más vulnerables, como las personas con discapacidad. Solo así lograremos "no dejar a nadie atrás".