Exploradores descienden por primera vez al fondo del pozo del infierno en Yemen

Hasta ahora solo se habían realizado intentos parciales que no han llegado más allá por falta de equipamiento

El Pozo de Barhout era uno de los pocos lugares sin explorar que quedaban en Yemen. El que nadie supiera su profundidad, o lo que se escondía en su fondo, unido a las supersticiones locales le valieron el apelativo de Pozo del Infierno. Un equipo de exploradores por fin ha descendido a sus profundidades.

Es la primera vez que el ser humano pone el pie en el fondo del pozo. Hasta ahora solo se habían realizado intentos parciales que no han llegado más allá por falta de equipamiento. Finalmente, el hito se lo ha llevado un equipo de ocho exploradores expertos pertenecientes al Equipo de Exploración de Cuevas de Omán (OCET), que ha descendido hasta el fondo del pozo del infierno confirmando dos cosas. La primera es que esta formación natural tiene exactamente 112 metros (367 pies) de profundidad. La segunda es que, como se sospechaba, el pozo no es ninguna entrada al inframundo ni está habitado por Djinns. Lo que si encontraron en el fondo fueron aves muertas y serpientes que han hecho de pozo su hábitat, pero estas últimas no se mostraron particularmente agresivas con los miembros de la expedición.

Los exploradores tampoco han podido determinar la causa de los olores nauseabundos que reportaban los lugareños y que le han valido al pozo su mala reputación de lugar embrujado. De todos modos aún no se han analizad las muestras de agua, rocas y sedimento que se han tomado del fondo, así que no se puede descartar que haya algún tipo de actividad geológica natural responsable de los olores.

El vídeo de la agencia AFP sobre estas líneas muestra el descenso al interior del pozo y la hermosa luz que se filtra desde su boca cuando se mira hacia arriba desde el fondo. El lugar, de unos 30 metros de diámetro, está lleno de curiosas formaciones rocosas típicas de cuevas. Las más llamativas son las denominadas perlas de cueva. Se trata de pequeñas esferas que se forman en el agua cuando las sales de calcita se van depositando en capas alrededor de un cuerpo de mayor tamaño. Las del pozo de Barhout son de un intenso color verde lima. Desafortunadamente no se pueden sacar de su entorno porque al secarse se degradan rápidamente.

“Hacemos esto por pura pasión, y sentíamos que el pozo es una maravilla de la historia yemení que debíamos revelar”, explica Mohammed al-Kindi, geólogo en la Universidad Alemana de Omán y uno de los miembros de la expedición. “Hemos recolectado muestras de agua, rocas y suelo que aún deben ser analizadas.”

Con información de AFP y Gizmodo .