Los Zetas y el mal clima: posibles causas del ‘avionazo’ donde murió Blake Mora
La mañana del 11 de noviembre de 2011, Blake Mora había despegado en helicóptero desde el Campo Marte, abordo del Eurocopter AS332 Super Puma, cuando once minutos después colapsó.
La versión oficial del avionazo en donde falleció Francisco Blake Mora, segundo secretario de Gobernación en el sexenio de Felipe Calderón, fue el supuesto mal tiempo y la falta de pericia de los pilotos para reaccionar. Sin embargo, el gobierno inició una línea de investigación tras una llamada anónima que apuntaba que los presuntos responsables serían 3 integrantes de Los Zetas, según una investigación de la periodista Laura Sánchez Ley, para Emeequis.
La mañana del 11 de noviembre de 2011, Blake Mora había despegado en helicóptero desde el Campo Marte, abordo del Eurocopter AS332 Super Puma, cuando once minutos después colapsó en un paraje entre el cerro del Ayaqueme y el poblado de Santa Catarina Ayotzingo. Horas después, Felipe Calderón tuvo que salir, por segunda vez, a anunciar la muerte de su secretario de Gobernación. En el discurso se le escuchó con la voz entrecortada, sediento, muy distinto a la imagen rígida que siempre mostraba a propios y extraños.
No había transcurrido demasiado tiempo del fatal accidente, cuando una llamada anónima, registrada en actas como el 16 de noviembre, es decir 5 días después del siniestro, afirmaba que un integrante de Los Zetas y dos de sus hermano fueron los supuestos responsables de la muerte de Blake, línea que la PGR persiguió. “Son personas que se dedican a hacer atentados”, dijo aquel extraño.
También se proporcionó la supuesta ubicación de estos presuntos integrantes de Los Zetas quienes mantenían operaciones en un negocio que resguardaba cajas de trailers. Sin embargo, los nombres aún los mantiene ocultos la ahora Fiscalía General de la República.
La versión oficial. Finalmente, la Secretaria de Comunicaciones y Transportes determinó que la causa probable fue que en la mañana del 11 de noviembre se decidió continuar con la operación del vuelo, pese a encontrarse en condiciones de poca visibilidad. Una decisión que se le adjudicó a la tripulación.