Estar en prisión es peor que morirse, es una tortura: YosStop

Mareada, así es como Yoseline Hoffman, mejor conocida como YosStop, se siente ahora que está fuera del penal de Santa Martha Acatitla. Esa sensación física, que ella teoriza es por alguna deficiencia nutricional, le ha hecho sentir que está viviendo en un sueño. En cuanto al aspecto psicológico considera que se siente bien.

YosStop en su primera entrevista tras salir de prisión con Saskia Niño de Rivera, experta en reinserción social, habló sobre cómo el haber pasado cinco meses en prisión cambió su perspectiva de vida y también relata su día a día ahí dentro.

Al inicio de la entrevista, Saskia Niño de Rivera aclaró que no se iba a hablar del motivo por el que Yoseline Hoffman estuvo en la cárcel.

La plática inició con detalles sobre cómo YosStop extrañó su regadera y reconoció ciertos momentos cotidianos como un privilegio, así como la sorpresa que le causó ver que hubo muchas personas que estuvieron al pendiente de ella.

“Tú nunca te imaginas que vas a perder tu libertad, sobre todo cuando eres pues una persona que no se dedica a hacer malas cosas”, dijo.

Al inicio, Yoseline pensó que sólo iba a pasar siete días en prisión. Sobre esos días "como mejor lo puedo definir es que viví la muerte de mí misma", afirma.

El día a día de YosStop en la cárcel

“Yo viví en una cárcel muy distinta, que algunos dirán que es una cárcel 'privilegiada', pero al final cárcel es cárcel”, declaró Yoseline Hoffman al hablar de sus días dentro del penal, los cuales calificó como “muy duros”.

YosStop detalló que ella no estuvo “en población”, sino en un área “especial” donde había pocas mujeres que quizás eran parte de “casos mediáticos”, teorizó. Explicó que su experiencia fue solitaria, no tenía actividades, “a las 8 de la noche me encerraban y a las 8 de la mañana me abrían”.

“Tenía que estar yo sola con mi cabeza, con mis pensamientos, con cómo me juega chueco la mente (…) tratando de no enloquecer, de no perderme, de no deprimirme”, declaró.

La youtuber aclaró que desde antes de entrar a la prisión ya tomaba medicamento psiquiátrico por su trastorno de ansiedad, por lo que sus medicinas -la única posesión personal que alcanzó a tomar el día que la encarcelaron- fueron de gran ayuda para sobrellevar su encierro.

“Fue una lucha contra mí, sobre todo”.

Entre las actividades que hizo YosStop para matar el tiempo fueron clases de zumba, que impartían dos o tres veces a la semana, lectura, escritura, resolución de sudokus y sopas de letras, yoga con su propio tapete, paseos nocturnos de una hora en el patio del penal, dibujo, colorear mandalas y manualidades con rafia, actividad que aprendió de sus compañeras.

Sobre sus primeros días en Santa Martha Acatitla, YosStop explica que los primeros cuatro días los pasó sin bañarse ni lavarse los dientes ni cambiarse la ropa, que no podía dormir, pese a que tomaba sus medicamentos, que estuvo en un “área muy fea” y lidió con crisis de ansiedad: “Me dieron clonazepam a medio día porque yo estaba muy mal”, dijo.

El día que salí de la cárcel “fue perfecto”: YosStop

Cuando Niño de Rivera le cuestiona si ella alguna vez pensó si merecía estar en la cárcel, YosStop lo niega rotundamente e incluso lo compara con la muerte, condición que consideró mucho mejor que perder la libertad porque ser encarcelado “es una tortura”. Sin embargo, Hoffman dice que cree que “todo pasa por algo” y esta experiencia fue un gran aprendizaje que le permitió “hacer la paz” consigo misma.

“Salí muy tranquila, muy en paz”, dice.

Yoseline Hoffman explica que su último día estando en la cárcel entregó sus pertenencias a sus compañeras de celda.

A una persona con la que convivió durante un mes, porque después fue enviada a otra parte del penal, le entregó “sus cosas”, aunque no especifica en qué consistían. YosStop explica que durante el tiempo que estuvo en prisión había querido entregarle sus objetos a esta mujer porque “era de bajos recursos, la estaba pasando muy mal y no tenía quien la apoyara”, explicó.

En cuanto a sus otras dos compañeras con las que estuvo al final les dejó su efectivo y “tarjetas”:

“Se pusieron muy emocionales, me abrazaron, lloraron, me dijeron 'Yos, vete y no regreses (…) te queremos mucho'. Fue una despedida muy bonita, fue perfecto”.

Con información de El Universal