Así fue el atentado que pudo cobrar la vida de Gustavo Díaz Ordaz en venganza de la masacre de Tlatelolco
El atentado contra Díaz Ordaz tuvo lugar en la Ciudad de México en 1970, pero la historia apenas cobró relevancia en años recientes.
El nombre de Gustavo Díaz Ordaz es recordado por la mayoría de los mexicanos como el presidente que intentó encubrir la masacre del 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco en la Ciudad de México. Ese día quedó grabado en la historia como uno de los momentos más oscuros del país.
De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la masacre fue cometida por el Ejército Mexicano y el grupo paramilitar Batallón Olimpia, quienes acribillaron a más de 300 personas. Además, recuerdan que esta época se caracterizó por las detenciones masivas, arbitrarias e ilegales, así como también por la planificación detallada y el alto grado de entrenamiento de las fuerzas represivas que participaron en dicha tragedia.
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Frente a este recuerdo de la memoria histórica de México, existe una historia poco conocida para la mayoría de los mexicanos, la cual trata sobre un joven llamado Carlos Castañeda, quien intentó asesinar al expresidente como venganza por la masacre estudiantil. Por esta razón, en Político MX te contamos esta historia.
El día que un atentado fallido pudo haber cobrado la vida de Gustavo Díaz Ordaz
El 5 de febrero de 1970, el entonces presidente de la República, Gustavo Díaz Ordaz, tenía previsto encabezar los festejos del aniversario 53 de la promulgación de la Constitución de 1917 en el Monumento a la Revolución.
La llegada del expresidente al mausoleo dedicado a la conmemoración de la Revolución mexicana fue ampliamente difundida por los medios de comunicación de la época. Esta información fue aprovechada por un joven de 28 años llamado Carlos Francisco Castañeda de la Fuente, quien vivía en la colonia San Rafael de la Ciudad de México.
De acuerdo con la información detallada del caso, a la que el periodista Héctor de Mauleón tuvo acceso, el joven habría esperado en la esquina de Insurgentes y Valentín Gómez Farías al presidente mexicano para acabar con su vida, ya que el plan original habría fallado; este consistía en quitarle la vida durante la celebración en el Monumento a la Revolución, acto que no pudo consumarse frente a la presencia de los elementos de seguridad.
De acuerdo con la información del columnista, Díaz Ordaz tenía que trasladarse al Colegio Militar, en Popotla, para encabezar otra ceremonia. Durante el evento fue acompañado por Marcelino García Barragán (abuelo de Omar García Harfuch), quien era titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena); sin embargo, este decidió adelantarse al mandatario federal y esperarlo en la siguiente locación.
Acto seguido, en cuanto Castañeda vio pasar el vehículo oficial —donde iba García Barragán y no el presidente mexicano como lo imaginó— decidió abrir fuego con una Parabellum Luger, pistola reconocida por haber sido usada por el ejército alemán durante la Primera y Segunda Guerra Mundial. Esto derivó en un atentado fallido, pues el tirador confundió el vehículo en el que mandatario se habría de trasladar. Al final, el único disparo que hizo el joven solo impactó una de las puertas traseras del vehículo.
Toda esta información, de acuerdo con Mauleón, es parte de un un informe rendido por el director de la Policía Federal de Seguridad, Fernando Gutiérrez Barrios.
¿Por qué casi no se conoce la historia del atentado fallido contra Díaz Ordaz?
Si buscas en internet sobre el atentado en contra de Gustavo Díaz Ordaz es muy probable que los primeros resultados de la búsqueda encuentres contenido relacionado al ministro en retiro José Ramón Cossío. La razón por la que el exministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) está relacionado con esta historia es que publicó un libro llamado Que nunca se sepa: El intento de asesinato contra Gustavo Díaz Ordaz y la respuesta brutal del Estado mexicano (Debate, 2023).
Por otro lado, el escritor Héctor Mauleón reveló, en su columna para El Universal, que el ministro en retiro, tras publicar un libro en 2020 sobre el movimiento estudiantil de 1968, recibió una llamada telefónica en la que le contaron sobre el atentado contra Díaz Ordaz.
Mientras tanto, el Colegio Nacional ha explicado que José Ramón Cossío indicó que su libro "no es una obra de ficción", sino que es una obra construida mediante informes de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS), entrevistas y reportajes firmados por personal médico, con el objetivo de reconstruir un caso que se intentó "borrar de la historia".
Asimismo, el ministro en retiro destacó que este caso tuvo muy poca cobertura debido a que este "nunca llegó a los medios" y aseguró que él lo encontró después de analizar una serie de expedientes judiciales de 1968. También consideró que el caso es una prueba más de la impunidad con la que se acostumbra a manejar el Estado mexicano. De hecho, se comenta que Castañeda dijo que la razón por la que intentó asesinar a Díaz Ordaz fue para vengarse de la masacre a los estudiantes en Tlatelolco, la cual había ocurrido dos años antes.
"Un día se toma la decisión de no llevarlo a un proceso penal, que era lo que correspondía. En lugar de llevarlo al proceso penal, donde probablemente lo hubieran condenado porque él mismo confesó el delito, fuerzan a sus hermanos a que presenten una solicitud para declararlo en estado de intervención y lo determinan loco, encerrándolo en la Granja Psiquiátrica Samuel Ramírez Moreno", declaró Cossío durante la presentación de su libro.
El ministro en retiro de la Suprema Corte finalizó al explicar que Carlos Castañeda fue liberado bajo "extrañas circunstancias" para después vivir once años en la indigencia y, finalmente, morir tras ser atropellado cerca del Monumento a la Revolución. Por su parte, Díaz Ordaz murió el 15 de julio de 1979 en la capital del país, por lo que nunca enfrentó a la justicia mexicana por la masacre estudiantil que su gobierno perpetró.